En septiembre de 1966, apenas cuatro meses después de la inauguración del Estadio Azteca, miles de habitantes de las colonias Santa Úrsula Coapa y Ajusco fueron desalojados con violencia. Más de 400 viviendas fueron destruidas por maquinaria pesada, granaderos y elementos policiacos. El motivo: liberar los terrenos aledaños al nuevo coloso para construir su estacionamiento.
Hoy, casi seis décadas después, la historia sigue viva entre los vecinos que resisten el paso del tiempo y los intentos de modernización. La actual remodelación del recinto (ahora llamado Estadio Banorte) ha reavivado los recuerdos de despojo y desplazamiento.
Juan, habitante de la zona e hijo de quienes fueron desalojados en aquel entonces, relata que los intentos por quedarse con los terrenos no han cesado. “Un día llegaron personas con papeles para que firmara. Me inventaron pagos que supuestamente debía, pero me negué. Luego supe que eran de una inmobiliaria que quería quedarse con nuestro terreno”, narró en entrevista con EL UNIVERSAL Deportes.
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El vecino señala que, con la cercanía del Mundial 2026, los precios en la zona se han disparado y existe interés por comprar predios a bajo costo para construir departamentos. Sin embargo, muchos se resisten a vender.
“Ya somos gente de toda la vida aquí. Ojalá se preocupen por la seguridad y no solo por los edificios; no hace mucho asaltaron aquí en la esquina”, comenta Juan, mientras muestra fotografías de su familia.
Aunque se declara aficionado del Club América, admite que la llegada del Mundial no le genera entusiasmo: “Me gusta el futbol, pero después de todo lo que pasó, no siento gran ilusión por la Copa del Mundo”.
Las cicatrices de 1966 permanecen. Lo que alguna vez fue símbolo de grandeza deportiva, aún carga el peso de una historia marcada por el desalojo y la resistencia vecinal.
Con información de EL UNIVERSAL, DEPORTES.
